Si vives con gatos o vas a adoptar uno próximamente, seguramente te interesará conocer todos los detalles acerca de las enfermedades de los gatos.
Aunque tu mascota no salga de casa y sea poco probable que sufra algún tipo de accidente (atropellos, peleas con otros gatos, caídas, etc.), no está libre de desarrollar alguna. Vamos a ver las más comunes.
Una buena parte de estas enfermedades felinas puede evitarse cumpliendo el programa de vacunaciones que te marcará tu veterinario. Así que ¡nunca te olvides del calendario!
Pero aunque seas cuidadoso en cumplir todo el protocolo de prevención, no está de más que sepas de antemano cuáles son las enfermedades de los gatos más frecuentes y cómo identificar sus síntomas.
Por mucha atención que prestes al cuidado de tu felino, no siempre podrás evitar que padezca algún tipo de enfermedad. Por culpa de una infección, por una intoxicación alimentaria, por causas genéticas, por la acción de parásitos… Cualquiera de estos motivos puede hacer que tu mascota contraiga alguna de las enfermedades felinas más frecuentes.
Insuficiencia renal en gatos
La insuficiencia renal en los gatos o el fallo renal crónico es una de las enfermedades más comunes en los gatos que ya son adultos.
Se debe principalmente a un mal funcionamiento de los riñones durante un periodo continuado. La enfermedad es irreversible e impide que estos órganos puedan ejercer sus funciones con normalidad, por lo que el gato no va a poder eliminar las impurezas de la sangre.
En la actualidad no se sabe que lo produce exactamente, pero un diagnóstico precoz y el cambio a un dieta, especialmente adaptada para ellos, que reduzca el trabajo de los riñones, puede prolongar su calidad de vida.
Lo malo de esta enfermedad es que los síntomas llegan tarde y en muy importante detectarlos a tiempo, porque es vital para ellos.
Leucemia felina
Se trata de una enfermedad bastante grave, que incluso puede producir la muerte del animal. Un minino con leucemia puede desarrollar tumores en diferentes órganos del cuerpo, anorexia, anemia y pérdida de peso.
En ocasiones, y si no se trata a tiempo, puede conducir a la muerte.
Se transmite a través de un virus cancerígeno por contacto con fluidos corporales (sangre, saliva, orina y heces, leche materna, etc.).
Su prevalencia es importante sobre todo en colonias de felinos. Los gatos domésticos no suelen padecerla, pero si el tuyo es adoptado de un refugio, conviene que le hagas las pruebas veterinarias para descartar que la tenga.
Afortunadamente, puede prevenirse con vacunación y evitando el contacto con gatos enfermos.
Panleucopenia felina
No tan conocida como sus equivalentes caninos, hablar de panleucopenia felina es lo mismo que decir moquillo o parvovirosis (Enteritis infecciosa felina). Es una infección vírica muy grave cuyos síntomas son una fiebre intensa junto con fuertes vómitos, diarrea e hipotermia. Todo ello puede provocar la deshidratación y muerte de tu mascota en pocas horas. Por eso es especialmente grave en cachorros.
Si tu gato ha sido infectado por un parvovirus, el tratamiento consistirá en antibióticos e hidratación intravenosa. Pero lamentablemente no hay garantías de que pueda sobrevivir a la enfermedad. De ahí la importancia de llevar a cabo una temprana prevención y vacunación.
Más información extensa, aquí sobre la Panleucopenia en los gatos
Inmunodeficiencia felina
Se le conoce popularmente como sida felino. Se contrae por la acción de un lentivirus y se contagia a través de la sangre y de la reproducción. La acción del virus es similar a la del VIH, provocando una depresión generalizada del sistema inmunitario del animal.
Actualmente, se está trabajando en el desarrollo de una vacuna, pero de momento la única forma de prevenir que un gato contraiga la enfermedad es evitando que entre en contacto con otros felinos infectados. Así que si tu gato o gatos viven siempre dentro de casa, no tienes por qué preocuparte de esta enfermedad.
Más información extensa, aquí sobre la Inmunodeficiencia felina
Peritonitis infecciosa felina
Los cachorros o los gatos, es sus primeros meses de vida, son más propensos al PIF, que es una mutación del coronavirus felino. La peritonitis en los gatos suele ser mortal. Existe una vacuna, pero al o poder suministrarla a los gatos jóvenes, antes de las 16 semanas de vida, la inmunidad es realmente corta para la mayoría de los gatitos.
Más información extensa, aquí sobre la Peritonitis en los gatos
Trastornos gastrointestinales
Son problemas muy frecuentes pero, afortunadamente, de escasa gravedad. No van más allá de las propias molestias que pueden originarle al gato o a ti, como sufrido propietario, si tienes que limpiar vómitos o deposiciones hechas fuera del lugar indicado para ellas.
Estos trastornos pueden surgir tras la ingesta accidental de parásitos, alimentos en mal estado o que no sean cien por cien digeribles por el sistema digestivo de los gatos o alergias alimentarias. Es poco probable que un gato casero sufra una intoxicación realmente grave.
En todo caso, requerirá de atención veterinaria, ya que los síntomas pueden ser dolorosos o, como mínimo, molestos. Además, pueden derivarse efectos secundarios de la deshidratación, dolores musculares, etc.
Este artículo de FeelCats hablamos sobre la diarrea en los gatos y la pancreaitis felina
Otitis
La otitis felina es, como en el caso de las personas, la inflamación del oído. Puede producir dolor y provocar pérdida temporal de audición.
Las causas por las que puede aparecer una otitis son diversas. Puede desarrollarse si, por cualquier motivo, tu gato se encuentra con las defensas algo bajas.
La llegada de la primavera, cuando coincide que el ambiente está más húmedo y hay un ascenso de las temperaturas, también puede propiciar la aparición de una otitis. Incluso entrar en contacto con otro animal que la tenga puede provocar un contagio.
La otitis es más frecuente en cachorros y gatos jóvenes (hasta los dos años). También en los de pelo largo, debido a que el pelo impide una buena ventilación del oído, lo que a su vez provoca un incremento de la humedad y la aparición de bacterias y hongos.
¿Has observado que tu animal de compañía se sacude con frecuencia la cabeza, maúlla con fuerza más de lo normal, se rasca y está inquieto? Además, ¿has apreciado un color oscuro y mal olor en la parte interna del oído? Es posible que estés ante una otitis felina.
Pero siempre puedes hacer algo para evitar que aparezca. Es importante mantener una correcta higiene, secar bien las orejas después del baño, proporcionar una alimentación equilibrada y hacer revisiones periódicas.
Conjuntivitis en gatos
Esta enfermedad consiste en la inflamación de la membrana esclerótica del ojo. ¿Te llama la atención que tu gatito haya empezado a guiñar o a rascarse el ojo con frecuencia? Entonces, llévalo al veterinario, porque puede estar desarrollando una conjuntivitis felina y, si la atajas a tiempo, podrás evitarle muchas molestias a tu mascota.
Lo más seguro es que el ojo haya empezado a segregar. Si ves que la sustancia es clara, la irritación proviene con toda probabilidad de la acción del viento, concretamente del polvo contenido en el aire. En cambio, si la sustancia es purulenta, nos encontraremos ante una infección bacteriana, llamada clamidiosis.
Más información extensa, aquí sobre la Conjuntivitis en los gatos
Cataratas
Como en el caso de las personas, las cataratas en los felinos consisten en la pérdida de transparencia del cristalino. Esto acaba disminuyendo la visión hasta anularla por completo, además de manera definitiva, si no se tratan a tiempo.
Antes de que aparezca la típica mancha opaca en el centro del ojo, puedes observar la sintomatología propia de las cataratas en algunos cambios que tienen lugar en el gato. Por ejemplo, si observas inseguridad a la hora de caminar, excesiva humedad en los ojos o cambios en el color del iris, pueden ser señales que anuncian el desarrollo de una catarata.
Mientras no afecten a la calidad de la visión, las cataratas no requieren necesariamente un tratamiento. Una vez que es evidente la pérdida de visión, se puede valorar la intervención quirúrgica.
Glaucoma
El glaucoma se produce por un aumento de presión en el humor acuoso del ojo. Este aumento de presión acaba afectando al nervio óptico, hasta el punto de provocar una pérdida total de la visión.
El glaucoma es casi siempre un efecto secundario de otra enfermedad, por ejemplo cataratas, infecciones o cáncer, y su diagnóstico puede llevar a confusión con la conjuntivitis. La diferencia es que el glaucoma va a requerir tratamiento de por vida y los casos especialmente graves acaban con la extirpación quirúrgica del globo ocular.
Alergias y dermatitis en gatos
La piel es uno de los órganos más sensibles del gato y también uno de los que más tienden a enfermar. Especialmente comunes son las enfermedades de la piel en gatos domésticos. Esto es debido, por una parte, al contacto continuado con los ácaros que se acumulan en los elementos textiles de los hogares. Por otra, a la presencia en el ambiente de numerosos productos químicos de limpieza.
Las alergias a algunos componentes de los alimentos procesados también pueden derivar en dermatitis.
En la mayoría de estos casos, una casa limpia y bien ventilada ayudará a que tu gato no padezca ninguna de estas enfermedades de la piel. Respecto a las alergias alimentarias, podrás evitarlas dándole a tu fiel amigo una alimentación lo más equilibrada y natural posible.
Pero, aparte de esas precauciones, también debes prestar atención a la aparición de una dermatitis alérgica por pulgas en los gatos. Para ello es importante que hagas desparasitaciones periódicas y que le protejas con pipetas, pastillas y collares antiparasitarios, sprays, o productos similares.
Más información extensa, aquí sobre los Pulgas en los gatos
Tiña en gatos
La tiña es una infección causada por hongos altamente contagiosa. Incluso se puede transmitir de gatos a humanos, así que es de vital importancia que tomes medidas para prevenirla. Si, aun así, observas signos de esta enfermedad en tu animal de compañía, acude inmediatamente al veterinario porque se extiende con mucha rapidez.
Uno de los síntomas más evidentes es la aparición de grandes calvas repartidas por el pelaje del gato.
Un minino desnutrido puede verse infectado con facilidad por hongos. También si pasa mucho tiempo con el cuerpo húmedo o en contacto con otros gatos enfermos. Por lo tanto, si le procuras una buena calidad de vida y de alimentación, es poco probable que pueda llegar a contraer la tiña.
Más información extensa, aquí sobre los Hongos en los gatos
Prevención general para la salud de los gatos
La conclusión a la que seguramente ya habrás llegado es que muchas de las enfermedades de los gatos pueden evitarse de manera sencilla. Basta con aplicar un programa de prevención y vacunaciones anuales de los gatos.
Más información extensa, aquí sobre las Vacunas necesarias en los gatos
Otras enfermedades inevitables tienen, afortunadamente, tratamiento. Por lo tanto, bien podrán curarse o bien, al menos, ver disminuidos sus efectos y así no llegar a interferir en una calidad de vida aceptable.
Si combinas la atención veterinaria con unas adecuadas condiciones de vida y alimentación, tu gato se mantendrá fuerte y sano durante muchos años y evitarás en gran medida, las enfermedades de los gatos.