La pancreatitis en los gatos, es una enfermedad más común de lo que pensamos y muchos la pueden padecer de forma crónica sin darnos cuenta o aguda sin tiene peor pronóstico. Sepamos más sobre esta enfermedad.
Función del páncreas en los gatos
El páncreas es una glándula que ejecuta una función endocrina, esto es, producir hormonas como la insulina y otra función exocrina, que es la de facilitar la digestión y absorción de los alimentos, mediante las encimas digestivas, como la amilasa, proteasa, celulasa o lipasa. Estas encimas son pues esenciales para degradar las proteínas, los lípidos y los polisacáridos.
Síntomas de la pancreatitis en los gatos
Con la pancreatitis en los gatos, ocurre que los síntomas pueden pasar desapercibidos y es que lo los signos clínicos son poco específicos y comunes a varias enfermedades gastrointestinales y metabólicas de los gatos o víricas, como el calicivirus felino
Estos se pueden manifestar en forma de pérdida del apetito, una disminución del peso, irritabilidad, vómitos frecuentes, fiebre y una disminución en la actividad diaria (posiblemente por el dolor), pero en esta última, como los gatos duermen la mayor parte del tiempo, a veces es difícil detectarlo.
¿Causas pancreatitis en los gatos?
Todo empieza por una mala función del páncreas, que da como resultado una disminución de la secrección pancreática y una serie de efectos locales nocivos, así como una inflamación sistémica, en parte provocada por la activación prematura de las enzimas.
El origen de esta disfunción es a día de hoy, un campo de estudio y no es fácil relacionar una causa-efecto, pero se sabe que puede tener su origen en agentes infecciosos asociados tales como Toxoplasmosis y Pleuritis Peritonitis Infecciosa Felina. Otras posibles causas puedes ser los traumatismos (un golpe localizado en la zona abdominal) una dieta inadecuada (alta en grasas), isquemia, intoxicaciones, incluso es posible que algunos gatos, tengan cierta predisposición hereditaria.
En cualquier caso, el resultado es que el páncreas secreta encimas de manera localizada a la zona circundante, produciendo inflamación que puede dañar tanto al mismo páncreas, como a los órganos cercanos a este.
La pancreatitis en los gatos se puede presentar de manera crónica, es decir, con el paso del tiempo y de manera progresiva (es la más habitual) o de manera aguda, que se produce de repente.
Algunos estudios afirman que el gato Siamés y el gato común europeo, pueden ser más propensos que otras razas, a sufrir esta enfermedad.
¿Cómo se detecta la pancreatitis felina?
Para diagnosticar la pancreatitis, se realizan una serie de pruebas y análisis que ayudarán al veterinario a confirmar o descartar la enfermedad. Por supuesto lo primero que se suele hacer es un examen físico exaustivo, un hemograma bioquímico para analizar los niveles de las encimas pancreáticas en la sangre. También se suele acompañar de un análisis de la orina y si es preciso, radiografía y ecografía. (por sí solas no son concluyentes)
En los casos de que estemos hablando de una pancreatitis crónica en gatos, realizar pruebas digestivas funcionales, pueden ser muy efectivas para analizar una mala digestión y absorción en estos casos.
Uno de los métodos diagnósticos más efectivos, para confirmar que estamos ante un caso de pancreatitis en los gatos, es la llamada prueba de la inmunorreactividad de lipasa pancreática felina o también llamada (PLI o FPLI). Es también el mejor método para confirmar una recuperación posterior, después del tratamiento adecuado.
¿Qué tratamiento es el más adecuado?
Lo primero de todo que hay que decir, es que es una enfermedad con difícil tratamiento, el cual, irá más encaminada a mejorar el estado de salud del gato, intentando estabilizar y recuperar sus efectos, mejorando la calidad de vida del gato.
Los principales objetivos básicos del tratamiento llevados a cabo por los veterinarios son:
– Corregir la deshidratación en el gato.
– Aliviar el dolor que pueda tener.
– Control de los vómitos
– Proporcionar un apoyo nutricional, en función del estado anímico.
– Prevenir las posibles complicaciones.
En muchos casos los gatos que sufren pancreatitis, están por debajo de su peso normal, y en caso más extremos, puede presentar cuadros de anorexia. En algunos casos, antes de cualquier tratamiento, se procede a una hospitalización que permita (en ocasiones por vía intraveneosa), el aporte de líquidos y medicamentos, a fin de estabilizar su cuadro médico. Si el gato estuviera vomitando, se suministra medicación que pueda subsanar el problema, así como suplementos nutricionales, que favorezcan la recuperación. En algunas ocasiones es posible que los veterinarios recurran a una sonda intravenosa de nutrientes o una sonda alimenticia, para estabilizar la situación.
No debemos olvidar que la pancreatitis felina, es una enfermedad a tener en cuenta, pues puede complicarse con cuadros de diabetes, y enfermedades hepáticas.
Decir que este artículo es solo informativo y cualquier preescripción debe estar siempre supervisada por un veterinario, así que si detectas que tu gato no está bien, siempre te recomendaremos que te pongas en sus manos.
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