Muchas veces nos preguntamos cómo y dónde acariciar a un gato.
Cuando recibimos un masaje nosotros, sabemos los beneficios que nos proporciona, en cuanto a relajación, bienestar, ayudando a rebajar la presión arterial, mejorar la circulación de nuestro cuerpo, y calmar el dolor en articulaciones o zonas donde tenemos malestar.
Pues en el caso de los gatos, ellos lo percibirán de la misma manera.
Os vamos a explicar diferentes maneras de acariciar a los gatos, dónde y como hacerlo para que le ayudes a relajarse, si está algo inquieto o estresado, o simplemente para hacerlo sentir mejor y te quiera todavía más si cabe. ¿Empezamos?
Un lugar tranquilo, antes de acariciar a tu gato
Antes de empezar, busca un sitio tranquilo de la casa. Puede ser en aquel donde él pasa más tiempo, ya sea durmiendo o simplemente observando.
Es importante que cuando vayamos a dar el masaje y acariciar, tanto el gato, como tú, debéis de estar tranquilos.
Si no lo estás, tu gato lo percibirá y el masaje, no tendrá los resultados que buscamos. Tampoco si el no está dispuesto, entonces deberemos buscar otro momento.
Háblale antes de empezar
Cuando vayamos a empezar con el masaje, es importante hablarle a tu gato, de una manera tranquila y cercana.
Utiliza el tono tierno y cariñoso, para generar un clima de tranquilidad y de que todo está bien.
Empezamos por su sitio favorito
Seguramente ya sabes qué parte es la que más le gusta que le acaricies.
Si por ejemplo a tu gato le gusta mucho que masajees las parte del mentón, puedes empezar por esta zona, con mucha calma y tranquilidad.
Si no le gusta que lo hagas en la cabeza o cara, mejor de momento evita estar partes.
Algunos gatos lo rechazan, porque es una de las zonas más vulnerables, junto con la tripita y es posible que se vaya o rechace las caricias.
Acariciar y rascar en la espalda de un gato
Después de acariciar muy suave la zona del cuello y mentón, puedes seguir por la parte que más les gustan (parte media y trasera de su espalda, hasta donde empieza la cola).
Si tu gato está a gusto, es posible que entrecierre los ojos, ronronee muy despacito, e incluso empiece a mover las patitas, con leves movimientos, abriendo y cerrando las palmitas.
Esto quiere decir que el masaje va muy bien y lo tenemos en un estado receptivo para continuar.
Acariciar a tu gato en la espalda, un sitio hipersensible
Una vez se ha conseguido un estado de calma y tranquilidad, y tu gato está recibiendo los masajes a gusto, es el momento de empezar el masaje completo, con movimientos lentos y circulares y desde el cuello, por todas las espalda, hasta donde empieza la cola.
Lo mejor es utilizar el dedo índice o los pulgares, de manera continuada, pero si pausa, varia veces en esa misma dirección.
Puedes hacerlo tantas veces como quieras, según sus reacciones.
Masajes en los hombros con movimientos lentos y circulares
Una vez hemos hecho estos movimientos lentos, pero continuados a lo largo de su espalda, podemos seguir avanzado, más arriba.
Igualmente, con los pulgares o un par de dedos juntos, hacemos movimientos circulares muy lentos, presionando los omoplatos.
Podemos hacerlo una docena de veces o continuar, si tu gato está directamente está en la gloria.
Acariciar detrás de las orejas, les encanta
Muchos gatos experimentan una sensación de placer, cuando se le frota con cuidado alrededor de las orejas y el cuello-mentón.
Si a tu gato le gusta, es seguro que después de masajear su espalda y omoplatos, este ronroneando de placer.
Esta reverberación, hará que acariciar esta zona, le produzca más calma, a la vez que notarás a través de tu mano, este ronroneo interno. Si has llegado a este punto, es que el masaje va muy bien.
Dónde acariciar a tu gato en la tripa, cuidado
Es hora de una leve visita a la tripa, siempre y cuando tu gato te lo permita o sepas que lo va a tolerar.
Con la yema de los dedos y abriendo un poco la mano, podemos hacer movimientos muy suaves y ondulantes, ejerciendo poquita presión y masajeando muy suavemente.
Si es receptivo a este tipo de masajes, es posible que se gire panza arriba, para permitirlo.
Podemos entonces hacerlo más amplio y que suba incluso hasta el cuello, siempre con movimientos muy lentos.
Acariciar a tu gato en las patitas y palmitas
Para terminar el masaje completo, nos dirigimos a las patitas. Algunos gatos les gusta especialmente que se les den masajes en sus almohadillas. Si además ya está relajado, será más fácil.
Con la yema de los dedos, masajea las almohadillas, y deslízalos entre sus deditos, volviendo a las almohadillas, con movimientos lentos, con el pulgar, para soportar la manita de tu gato, con el resto de tus dedos.
Esta zona es tan relajante para ellos, como la espalda, porque en la única parte de su cuerpo sin pelo, y por lo tanto especialmente sensible al tacto.
Como ves, acariciar a tu gato tiene altos beneficios para ellos y para nosotros. ¿Has notado cuando masajeas a tu gato, el efecto relajante y tranquilizador que produce en ti?.
Está comprobado, que cuando acariciamos a un gato, liberamos endorfinas, las llamadas, hormonas de la felicidad, y nos produce bienestar y paz.
Un sentimiento de calma, que se agradece después de un día de estresante. Busca momentos para esos masajes relajantes para tus gatos y disfruta de su compañía, que seguro, te conecta con ellos, de una forma diferente.
¿Das masajes a tus gatos? ¿ya sabes cómo y dónde acariciar a un gato? Cuéntanos tu experiencia y compártela para todos los amantes de los gatos en FeelCats.