Seguramente habrás sorprendido a tu gato, con la boca abierta, en determinadas ocasiones al oler o lamer algo. No es habitual, pero suelen hacerlo cuando dirigen su atención a las «partes traseras» de otros gatos. También cuando siguen rastros de orina o rastrea otro tipo de olores corporales, incluso de los humanos. No es inusual, que algunos gatos se muestren atraídos por el olor de nuestra ropa o nuestro cuerpo.
Receptores químicos
Y es que los gatos tienen un buen sentido del olfato, mucho mejor que el nuestro. Los gatos lo usan por un lado, para localizar presas o comida, detectar un peligro, pero también para «leer» los mensajes químicos, de su entorno.
Órgano vomeronasal o de Jacobson
A diferencia de nosotros, los gatos, tienen un órgano vomeronasal o también llamado de Jacobson en la parte superior del paladar duro, que forma el techo de la boca. Cuando los gatos usan este órgano, obervarás que se queda mirando a un punto fijo, con la boca abierta, el labio caído y la lengua hacia atrás. A esta mueca, (que para que vamos a negarlo, siempre nos hace mucha gracia), se le denomina reflejo de Flehmen.
¿Por qué lo hace el gato con la boca abierta?
Porque en esta modalidad de «oler» la lengua es indispensable y juega un papel crucial. Los olores se transmiten directamente desde ella, hasta el interior del órgano vomeronasal, que a su vez, tiene comunicación directa con el hipotálamo y amígdala. Digamos que es un «atajo» para capturar y analizar otras moléculas químicas distintas (de gran tamaño) que les proporcionan mucha más información. Sobretodo, para detectar las feromonas, que son su lenguaje químico más importante, a través de las neuronas sensibles, situadas en esa pequeña cavidad alojada en el hueso de vómer, con receptores alojados en su paladar, detrás de sus incisivos superiores, y que además, está comprobado que tienen una función muy importante en su conducta sexual.
Por lo tanto cuanto veas a tu gato con la boca abierta, concentrado y mirando al infinito, está escudriñando un mundo de sensaciones químicas, inimaginable para nosotros, aunque a nuestros ojos, parezca que se acaba de quedar sorprendentemente hipnotizado y no podamos evitar, sonreír ¿te ha pasado? Si te ha parecido interesante, compártelo con otros amantes de los gatos.