Existe un miedo irracional de muchas embarazadas a contraer la toxoplasmosis y evitar a toda costa, cualquier contacto con un gato. La mayoría de estas situaciones, se resuelven con una buena información sobre la enfermedad y las vías de contagio, pero en otras, se convierte en la «excusa perfecta» para miles de abandonos al año. Y lo cierto es que embarazadas y gatos pueden vivir juntos sin ningún problema, pues la vía de contagio es prácticamente nula.
Queremos pues aquí, dar luz sobre la toxoplamosis y los gatos y exponer porque no hay ningún problema en la convivencia en común entre ambos. Hay artículos, que dan una información ambigua e incompleta del papel que puede jugar el gato, en el contagio de este parásito. También las creencias populares suelen jugar un papel negativo, cuando no se va más allá de los tópicos.
¿Qué es la toxoplasmosis?
Detrás de un nombre tan sonado y rimbombante, se esconde un protozoo de tipo parásito y del género del toxoplasma, que se llama toxoplasma gondii. La peculiaridad de este protozoo, es que la enfermedad que produce, está dentro del cuadro de zoonosis, es decir, aquellas enfermedades que se transmiten de animales a personas. Aquí es donde el gato, es triste protagonista, porque es el huésped final de esta enfermedad. No todos los gatos son portadores del parásito y además, hay más vías de contagio hacia los humanos, en las que el gato, nada tiene que ver y que tienen muchas más probabilidades de contagio.
Si un gato doméstico no tiene acceso al exterior y sigue una dieta a base de alimentos preparados y procesados, no contagiará en ningún caso la toxoplasmosis, aseguran los especialistas veterinarios, esto es así. ¿Por qué afirman esto con tanta seguridad?, pues porque el gato doméstico, nunca entrará en contacto con el causante de la enfermedad y por lo tanto no podrá transmitirla.
Protectoras de animales, que son las que viven la realidad del día a día, en cuanto a los abandonos de mascotas, detectan numerosos casos, cuando hay una embarazada en el hogar doméstico.
Y es que es la desinformación sobre este tema, hace que el miedo irracional, haga tomar decisiones equivocadas a sus dueños. En este punto, nos consta que numerosas organizaciones y expertos en la materia, hacen charlas informativas para contar toda la verdad acerca del contagio de esta enfermedad a través de un gato.
¿Cómo contagia el gato la toxoplasmosis?
El contagio del gato se produce por vía oral, el gato ingiere los quistes que se encuentran en la carne de otros animales o bien, en las heces de otros gatos. Entre gatos, también es posible que se produzca un contagio, vía madre – hijo, en la placenta, durante el periodo de gestación.
Al cabo de un periodo los quistes de sobreviven al paso del estómago y una vez en el intestino delgado, invaden las células epiteliales, formando ooquistes. Finalmente estos son eliminados por las heces del gato, en un periodo determinado de entre 1 a 5 días.
Nuestra aspirante a contagiarse con el parásito, tendría que tocar esas cacas con la mano y después llevárselas a la boca. (algo que el sentido común nos dice que nadie hace ni siquiera de manera inconsciente). Como hemos dicho antes, si el gato es doméstico y no tiene contacto con el exterior y lleva una alimentación procesada, las posibilidades además de que esté infectado del Toxoplasma gondii son inexistentes.
Los ooquistes del Toxoplasma gondii que hemos mencionado también pueden ser ingeridos directamente a través de vegetales no lavados adecuadamente o en modo previo del parásito, en la carne cruda y aquí el gato no intervendría para nada.
Aún así, si hubiera sospechas de que el gato puede ser un foco de infección, usar unos guantes al cambiar o recoger el arenero, sería suficiente para evitar cualquier tipo de contagio. También podría ser una labor que hiciera otra persona.
Síntomas y tratamiento de la toxoplasmosis en los gatos
Si el gato por la razón que fuera, ha contraído el parásito, una vez el microorganismo se encuentra en el gato, los ooquistes resultantes pueden pasar al torrente sanguíneo, por lo que se diseminará por el organismo del gato. El sistema inmunitario del gato luchará contra él, formando quistes, como resultado de la barrera que impide la replicación celular del parásito invasor.
Estos quistes que se forman en los gatos puede afectar a los tejidos del músculo, órganos e incluso en el sistema nervioso central. Si el sistema inmunitario del gato se ve superado, puede aparecer necrosis y por lo tanto la vida del gato puede entrañar peligro.
En el ciclo inicial de la enfermedad, los primero síntomas de toxoplasmosis en los gatos suelen ser diarreas y vómitos. Los que más afectado se puede ver son gatitos de corta edad y gatos con el sistema inmuntario más débil. A veces puede confundirse con enfermedades producidas por virus como el calicivirus felino u otras afecciones como la pancreatitis en gatos.
En la fase más avanzada de los efectos de la replicación del parásito, pueden aparecer una amplia gama de efectos derivada de la necrosis celular, como que el gato puede cojear al andar, cuadros de fiebre, dolores musculares, agudeza visual limitada e incluso inflamación de los ojos y de los ganglios linfáticos.
Según expertos veterinarios consultados, la clindamicina es uno de los fármacos utilizados más habituales para el tratamiento de este parásito y sus efectos. Si la enfermedad ha avanzado demasiado es posible que algunos gatos, tenga lesiones oculares y neurológicas, importantes. Estos se suelen tratar con corticoides o antibióticos tópicos.
Este artículo es informativo, ante cualquier duda, lo mejor es que te pongas en contacto con tu veterinario de confianza que te aconsejará que pasos debes tomar, pero hemos querido dar más información sobre este tema, dado que el desconocimiento de la toxoplamosis en gatos, es una de las causas de abandono y es importante saber, que el contagio a través del gato es muy improbable.